Se trata de una modalidad de masaje que emplea una técnica profunda terapéutica en las partes blandas del tejido conectivo y mio-fascial.
Normalmente se suele usar el pulgar en gran parte de la palpación, pero también puede llegar a emplearse otros dedos o partes del cuerpo como pueden ser el uso del codo, pinzamiento rodado, presión en el talón de la mano, etc. Incluso se usan en distintas ocasiones y dependiendo del profesional, distintos romos con varios diámetros para poder ejercer mejor la presión en distintos puntos del cuerpo.
El masaje neuromuscular se basa en una terapia dedicada a eliminar el dolor de zonas que han sido castigadas afectando a los músculos y expandiéndose a a otras zonas más importantes que rodean estos músculos.
En muchas ocasiones no es de extrañar encontrar alteraciones neuromusculares en enfermedades que no parece que mantengan una relación.
La exploración tiene como objetivo buscar alteraciones en el tejido conectivo, cicatrización de las suturas o heridas, uniones mio-fasciales, musculares, etc.
La estimulación hecha con las manos de un experto tiene como resultado la normalización y alivio del tejido.
El masaje neuromuscular tiene un tiempo, un ritmo, una dirección y una presión dependiendo de la zona que se va a tratar, dependiendo siempre del criterio del profesional junto con la morfología del paciente.
Este tipo de tratamiento no es agradable sobre todo si no se aplica un lubricante en la zona a tratar, no tiene como finalidad dar placer sino todo lo contrario dejando en varias ocasiones moraditos en la zona tratada.
El masaje neuromuscular no es el mejor de los masajes ni de las terapias empleadas, pero si que es un buen complemento que puede manejar el profesional que lo practica como apoyo en sus sesiones.
El procedimiento que se realiza al principio es una toma de contacto exploratoria y preparatoria de los tejidos superficiales, medios y profundos para homogeneizar el tejido conectivo.
Posteriormente se aplica una normalización de las vertebras y luego el masaje neuromuscular.
Algo a tener en cuenta es que este tipo de técnica no se suele anunciar en los centros de terapias, pero si suele ser empleada por los profesionales en este sector.
Se pueden tratar cualquier tipo de fascitis, dolor periarticular, contracturas musculares de repetición, lesiones deportivas, diferentes localizaciones de dolor de columna y mialgias lumbares, costales, cervicales dorsales, problemas de dolor crónico de origen idiopático o desconocido, dolor que no tiene buena respuesta a los antiinflamatorios, relajantes o analgésicos, dolor reflejo irradiativo desde otras zonas, etc.