El masaje relajante es una de las técnicas más antiguas que han existido en todas las culturas. Aunque como ya podemos preveer, en algunas culturas han profundizado más en este arte que en otras, como por ejemplo la cultura oriental, la cual tiene mucho valor y prestigio por sus escuelas de masajes.
Existe una gran variedad de técnicas especiales destinadas a este tipo de masajes, pero la gran mayoría tienen en común unos pases muy suaves y aterciopelados, unidos a un proceso de relajación muy placentero, a diferencia de los masajes terapéuticos que se centran en zonas sensibles ya que tratan sus dolencias, y en la mayoría de los casos resulta muy difícil evitar el dolor al intentar curarlas.
A continuación vamos a revelar los beneficios del masaje relajante y las posibles contraindicaciones en el caso que disponga de ellas.
Como se puede apreciar, el masaje relajante es realmente muy beneficioso y no se trata de un tratamiento agresivo, por lo tanto no tiene ninguna contraindicación, aunque hay algunos casos que no conviene aplicarlos. Por ejemplo, las personas con un cáncer linfático ya que puede facilitar la circulación de las células afectadas a otras zonas del cuerpo.
En casos donde la persona sufra de hipotensión y no tenga la tensión controlada no es recomendable recibir masajes de este tipo, ya que las técnicas que se aplican dan un efecto hipotensor muy conveniente en el caso de la hipertensión pero totalmente negativo en el otro caso. Y como es lógico, si el paciente o persona a recibir el masaje tiene hongos contagiosos o lesiones en la piel, tampoco se debe de realizar este tipo de masaje relajante.
El objetivo del masaje relajante es relajar, ya como su nombre indica no trata dolencias, ni se aplica para este tipo de finalidades. Aunque si que pueda provocar sensación de mejoría en los problemas musculares leves.
El poder disfrutar de una sesión de este tipo de masajes, nos puede ayudar en gran medida a sentirnos más relajados y tranquilos.
Algunos de los beneficios del masaje relajante serian los siguientes:
Este tipo de técnica suele realizarse sobre una camilla o un tatami con poca ropa o sin ella, se trata al paciente cubierto con toallas. Normalmente se aplica diferentes tipos de aceite para suavizar los pases dados con las manos.
Suele acompañarse con música de fondo relajante durante toda la sesión. El masajista normalmente aplica pases muy suaves combinándolos en algunos casos con otros más profundos sin llegar a molestar. La sesión completa suele durar unos 40 minutos o cerca de 1 hora.